Jujuy se consolida como eje estratégico regional y La Quiaca reafirma su liderazgo geopolítico bajo la visión integradora de su intendente, Dante Velazquez. El VII Foro del Corredor Bioceánico de Capricornio, desarrollado en San Salvador de Jujuy, marcó un punto de inflexión en la proyección del norte argentino hacia el mundo. En este espacio de diplomacia económica y cooperación internacional, la presencia de Velazquez cobró especial relevancia, al representar la continuidad de una idea que él mismo impulsó años atrás: la integración real entre el Atlántico y el Pacífico desde el corazón de Sudamérica.


Mientras autoridades de Argentina, Brasil, Chile y Paraguay coincidieron en destacar al corredor como un eje de desarrollo y competitividad regional, el intendente quiaqueño llegó con hechos, no solo con discursos. Fue uno de los primeros en sostener que el norte argentino debía dejar de pensarse como periferia y asumir su papel de bisagra continental, donde convergen el comercio, la cultura y las nuevas rutas de cooperación internacional. Su participación constante en foros y espacios multilaterales refuerza esta mirada estratégica.
Con una trayectoria que combina gestión local y proyección internacional, Velazquez ha representado a La Quiaca en encuentros con alcaldes del bloque BRICS y con autoridades de la Unión Europea, en el marco de convenios de cooperación con el Mercosur. Su visión se apoya en un principio que trasciende la infraestructura: “La integración no se mide solo en carreteras y aduanas, sino en cultura, producción y conocimiento compartido”. Esta concepción lo ha llevado a impulsar políticas que vinculan el desarrollo territorial con la identidad cultural del pueblo.


En ese marco, el municipio de La Quiaca promueve una articulación entre los proyectos regionales y su propio acervo histórico. El llamado “corredor vertical cultural” enlaza la Manka Fiesta —símbolo de intercambio y solidaridad entre los pueblos— con la agenda de integración continental. Así, la visión geopolítica se convierte también en una propuesta humana y cultural, donde el Corredor Bioceánico deja de ser una idea técnica para transformarse en una oportunidad de desarrollo con rostro social.
El reconocimiento reciente del Senado de la Nación a la Manka Fiesta como acontecimiento de interés nacional resume el legado político y cultural que Velazquez viene construyendo. La Quiaca, antes vista como el límite norte del país, se proyecta ahora como punto de partida de una nueva Argentina que mira al Pacífico y al mundo. El Corredor Bioceánico ya no es solo una meta de infraestructura: es una política de integración sostenida por una convicción. Y en ese camino, Dante Velazquez emerge como el gestor de una nueva geografía política, donde lo local y lo global se dan la mano.