La obra pública no es solo cemento y maquinaria. Es, ante todo, una promesa cumplida.

Y en La Quiaca, esa promesa hoy se empieza a materializar en la Avenida La Madrid, donde el hormigonado ya avanza con ritmo sostenido, orden técnico y compromiso comunitario.

Desde el semáforo de calle Catamarca hacia adelante, se respira no solo el polvo de la obra: se respira futuro.

La transformación de esta arteria clave es llevada adelante por la Municipalidad de La Quiaca, con personal propio y coordinación de la Secretaría de Obras Públicas a cargo de Rubén López, quien se convirtió en el rostro visible de una gestión que prefiere menos discursos y más concreto.

Estamos cumpliendo. Romper es fácil, pero volver a hacer cuesta mucho: recursos, personal, maquinaria… y voluntad. Y esa voluntad está”, dijo López, mientras supervisaba el vaciado de los paños de hormigón.

La magnitud técnica del proyecto no es menor: se está utilizando hormigón H21, de 350 kg/cm² de resistencia, con 20 centímetros de espesor, incluyendo pasadores estructurales que aseguran que el pavimento trabaje como un cuerpo único. El objetivo no es solo reparar una calle, sino construir una estructura duradera, pensada para el tránsito pesado, el clima puneño y el futuro crecimiento de la ciudad.

El equipo de trabajadores municipales operando vibradores, palas, picos y fratachadoras demuestra que con compromiso local, formación y planificación, no hace falta esperar eternamente a la Nación ni a la Provincia para hacer lo que la ciudad necesita.

La obra de hormigonado en Avenida La Madrid marca un punto de inflexión en La Quiaca.

Con maquinaria, técnica y personal municipal, el pavimento avanza bajo la coordinación de Rubén López.

Una gestión que deja huella con hechos, no con promesas. La transformación ya se ve, y se pisa.

Publicaciones Similares