La Quiaca dejó de ser frontera y empezó a ser puerta. Y esa diferencia, que puede sonar poética, es profundamente política, económica y estratégica.
En menos de un año de gestión, el intendente Dante Velazquez logró lo que muy pocos municipios del interior profundo consiguen: romper el cerco de lo local y colocar a su ciudad en los foros internacionales donde se discuten desarrollo, inversión y cooperación.

Primero fue Brasil, con la apertura de vínculos municipales y acuerdos técnicos directos con alcaldías de la región. Ahora, Rusia, en el marco del Foro Internacional Municipal de los Países del BRICS, donde La Quiaca no fue simple observadora: fue protagonista argentina, voz del norte y una de las seis intervenciones de cierre en un encuentro que reunió a más de 100 países y 500 empresas globales.
Eso no es turismo diplomático. Eso es posicionamiento geopolítico real: ir a donde están los capitales, los acuerdos y las oportunidades, y hablarles de frente.


Una ciudad que se sienta en la mesa del mundo

Durante su exposición en San Petersburgo, Velazquez presentó tres mensajes que resumen el nuevo rumbo quiaqueño:

1. El norte argentino existe y está listo.
La Quiaca se mostró ante el mundo como plataforma de inversión, no como postal folklórica. Una ciudad estratégica de frontera, con identidad productiva, capacidad logística y base cultural sólida. Dejó de representarse como “periferia” para posicionarse como “punto de apoyo” dentro de la agenda global de infraestructura, corredores bioceánicos y destinos con relato auténtico.

2. La Manka Fiesta como marca país.
El intendente introdujo a la tradicional Manka Fiesta en la agenda internacional del BRICS como plataforma de desarrollo cultural y económico. Convertir una fiesta popular andina en una marca de intercambio, cooperación y trabajo colectivo es una muestra de inteligencia política.
La Manka Fiesta ya no se presenta como tradición: se ofrece como industria cultural exportable, capaz de generar economía real a partir de la identidad de los pueblos de frontera.

3. El turismo como industria, no como promesa.
Velazquez fue contundente: “La Quiaca no quiere vivir del turismo; quiere que el turismo viva en La Quiaca”.
La estrategia apunta a consolidar una red de hotelería, gastronomía regional, circuitos culturales y servicios logísticos que diversifiquen la economía local, generen empleo y consoliden un flujo turístico sostenible vinculado al corredor andino y a los mercados internacionales.


Convenios y alianzas internacionales: acuerdos con impacto

Durante el Foro, La Quiaca firmó acuerdos y cartas de intención con distintos gobiernos y entidades, consolidando su integración en una red internacional de municipios:

  • Paraguay (Lima): alianza estratégica para intercambio productivo y articulación logística norte–sur.
  • Entre Ríos (San José): puente interno argentino para fortalecer vínculos federales, turísticos y culturales.
  • México (Chiapas): cooperación andino–mesoamericana que amplía el horizonte de colaboración continental.
  • Senegal: dos convenios con municipios africanos que abren una línea de intercambio sur–sur en gestión local y desarrollo social.
  • CICRAL: compromiso de cooperación institucional y académica para intercambio técnico.

Además, se iniciaron acuerdos con la región de Leningrado y la Universidad de Rusia, ampliando las oportunidades de cooperación educativa, tecnológica y cultural.
En paralelo, el intendente mantuvo una reunión con una empresa rusa dedicada a la energía eólica, que ofrece soluciones de iluminación domiciliaria sustentable, y presentó un vademécum de 160 empresas habilitadas por Rusia para invertir en Argentina.

La estrategia es clara: abrir puertas concretas para inversión, tecnología y desarrollo territorial.


Internacionalización con método: del Mercosur al BRICS

Lo que comenzó como una agenda de integración con municipios brasileños evolucionó hacia un plan de internacionalización estructurado.
Velázquez propuso relaciones directas entre ciudades, sin intermediarios, basadas en cooperación técnica, cultural y productiva.
Brasil fue el primer paso; Rusia, el segundo y más ambicioso: ingresar al espacio BRICS, una plataforma económica que trasciende las lógicas del norte financiero y promueve inversión en infraestructura, conectividad, energía y turismo territorial.

En términos prácticos, La Quiaca llevó su carpeta donde hay capital, construyendo vínculos que trascienden lo simbólico y generan oportunidades reales de desarrollo.


El corredor bioceánico en clave propia

El norte argentino lleva años escuchando hablar del corredor bioceánico. Velazquez lo reformula con una visión propia: el “corredor perpendicular”, donde La Quiaca no sólo es paso entre Atlántico y Pacífico, sino polo de irradiación turística, cultural y logística.

Esto implica un plan con impacto directo en el territorio:

  • Infraestructura hotelera, para garantizar ocupación sostenida.
  • Gastronomía de valor agregado, que proyecte la identidad culinaria andina.
  • Artesanía y cultura formalizada, como cadenas productivas de valor.
  • Conectividad vial y aérea, con estándares internacionales y foco en seguridad turística.

Cuando un municipio logra que su ciudad sea escuchada como punto de apoyo del sur andino ante más de 100 países, está construyendo posicionamiento estratégico real, no discurso.


Identidad, cooperación y futuro

En su discurso ante los países del BRICS, el intendente destacó la hermandad latinoamericana como red de contención, agradeciendo el acompañamiento de representantes regionales como la legisladora ecuatoriana Patricia Núñez.
“La integración no se declama: se construye con unidad, respeto y trabajo conjunto”, afirmó Velázquez.

Esa convicción atraviesa toda su gestión: La Quiaca teje acuerdos entre territorios que, como ella, buscan negociar de ciudad a ciudad, sin depender de los viejos centralismos.
Los resultados son tangibles: ferias, festivales, circuitos culturales, intercambio turístico y economía regional en movimiento.


Una estrategia de cuatro vectores

La proyección internacional de La Quiaca se sostiene sobre una arquitectura clara:

  1. Identidad fuerte: ciudad andina con historia, cultura viva y símbolo propio —la Manka Fiesta—.
  2. Inserción internacional directa: vínculos con Brasil, Rusia, Paraguay, México, Senegal, Entre Ríos y organismos académicos.
  3. Oferta económica concreta: turismo, infraestructura, corredores logísticos y marca ciudad.
  4. Relato de dignidad y apertura: “La Quiaca se abre al mundo con la fuerza de su gente”.

Cuando estos cuatro ejes se alinean, se genera lo que los especialistas en desarrollo territorial llaman posicionamiento irreversible: La Quiaca deja de ser un límite geográfico para convertirse en punto estratégico de desarrollo del norte argentino.


Una ciudad que ya no espera: construye su destino

La Quiaca se encuentra en plena transformación. Ya no vende pobreza heroica, sino oportunidad; ya no se define como extremo del país, sino como inicio de un nuevo mapa que une culturas, economías y voluntades.
Con una gestión que combina planificación, identidad y apertura al mundo, la ciudad marca el rumbo de un nuevo modelo de desarrollo local con proyección global.

La Quiaca ya no sueña con el mundo: negocia con el mundo. Y eso lo cambia todo.

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